domingo, 19 de julio de 2015

¡Porque jugar al TENIS DE MESA?

El deporte y la educación
    Resulta curioso, coincidiendo con Trepat (1999), el hecho de que cuando se habla, dentro y fuera del mundo de la actividad física y el deporte, de ejercicio físico, de actividad física o de deporte parece que nadie cuestiona los beneficios de estas prácticas sobre la salud (física y psíquica), sobre aspectos sociales ni sobre cuestiones éticas y morales; estos beneficios serían aprehendidos y asimilados por las personas que realicen actividad física y deporte, simplemente por el mero hecho de practicar estas actividades deportivas; no obstante, somos de la opinión de que el deporte de por sí, por sí solo, como práctica sin más, no tiene por qué ser educativo ni tiene por qué no serlo; es decir: pensamos que lo que hace que una práctica deportiva pueda ser educativa para una persona va a ser la forma de llevarse a cabo dicha práctica; de esta manera, una misma práctica deportiva para una misma persona puede ser educativa o no, dependiendo de la orientación que tenga dicha actividad. En esta línea Marcet (1999:34) comenta con gran elocuencia que"muchos padres piensan que por el simple hecho de hacer deporte sus hijos están a salvo. Esto es un verdadero error". El deporte, siguiendo a Castejón (1999:22), "puede ser tan bueno o tan malo como queramos que sea, sólo depende de la orientación que le queramos dar" (1999), no existe ni el buen deporte ni el mal deporte, todo va a depender de la mala o buena utilización del mismo.


    En cuanto a los objetivos educativos del deporte, parece evidente que éstos han de estar en directa correlación con el fin principal de la educación, que no es otro que la mejora de la persona en global (Cagigal, 1985); es decir: no sólo debemos desarrollar a los sujetos en el plano motor, sino también en los planos cognitivo, afectivo y social. Por otro lado, Rodríguez García y Moreno Murcia (1996), nos recuerdan que la empresa de poner en práctica un "deporte educativo" no resulta fácil, tornándose en ardua y compleja: de manera que han de cambiarse los valores que propugna el "deporte espectáculo" por otros donde lo importante sea la adquisición de valores y aspectos relacionados con la socialización, con la moral y la ética, conocimiento de uno mismo, capacidades motrices, autonomía, etc.
    Según Le Boulch (1991), un deporte es educativo cuando permite el desarrollo de las aptitudes motrices y psicomotrices, en relación con los aspectos afectivos, cognitivos y sociales de la personalidad de quien lo practica: mientras que para Seirul'lo (1999:62) "lo educativo es lo conformador de la personalidad del alumno". Como podemos ver, para estos y para muchos otros autores, lo importante del deporte educativo va a ser la persona que lo realiza. La figura del entrenador/educador, pues, cobra especial importancia, ya que es el entrenador/educador el que va a organizar y a disponer las condiciones en las que el deportista va a aprender un determinado deporte (Seirul'lo, 1992); esto convierte al entrenador/educador en una pieza clave en el proceso educativo de sus alumnos/as-jugadores/as, por lo que su formación y cualificación van a ser determinantes; tanto es así, que Parlebas (1969), citado por Blázquez (1999:30), nos dice que "... depende del educador y de la forma de enseñar, que se fomenten o no los valores educativos que indiscutiblemente posee el deporte"


 El Tenis de Mesa y la educación
    Muchas veces vemos a entrenadores, padres directivos de clubes, etc., que con su actitud se ponen del lado del deporte rendimiento en el que priman los resultados sobre todas las cosas, por encima, incluso, del propio niño o niña; nos es de extrañar, pues, que muchos niños y niñas aparezcan el primer día para aprender y jugar al Tenis de Mesa y, después del entrenamiento, no vuelvan nunca más. Según Pérez de Castro (2005) el Tenis de Mesa es una modalidad deportiva que no se puede imponer, ya que el sentimiento de amor hacia algo, cuando es impuesto desde fuera, provoca lo contrario; es decir: el rechazo.
    Pensamos, pues, que lo primordial es que los chicos y chicas practiquen deporte educándose como personas, y si, después, llegan a ser campeones, estupendo, pero lo harán, ante todo, siendo personas íntegras, lo cual es lo máximo a lo que puede aspirar cualquier deportista. En este sentido Pérez de Castro (2005), nos comenta que el Tenis de Mesa reporta a quien lo practica numerosas satisfacciones, sensaciones placenteras, de desafío y de reto personal; además, su práctica propicia beneficios en la salud de quien lo practica y ayuda enormemente a formar su personalidad; y también ofrece beneficios sociales, de reconocimiento y prestigio. Por otro lado, y en relación con el plano motor, Allen (1996), se plantea el hecho de que la práctica del tenis de mesa acelera el desarrollo motor en los niños, así como favorece el desarrollo de los mecanismos que controlan la coordinación del movimiento complejo y fino; además, también incrementa la capacidad de aprendizaje de la percepción motora. Según Angelescu (1988), la atención de los educadores ha de centrarse en los siguientes aspectos:
  • educación de nociones y convicciones deportivas;
  • educación de sentimientos deportivos;
  • formación de hábitos de conducta deportiva;
  • formación de rasgos de la voluntad y del carácter;
  • formación de la personalidad del jugador.
A modo de conclusión de este apartado, exponemos a continuación un gráfico en el que resumimos las posibilidades educativas de la práctica del Tenis de Mesa. 

ÁMBITO MOTOR
  1. Mejora la condición física (resistencia, velocidad, fuerza, movilidad articular)
  2. Desarrollo de los esquemas psicomotores básicos, de la coordiNAción y el equilibrio
ÁMBITO AFECTIVO
  1. Aprender a sentir y expresarse
  2. Proporciona experiencias vitales únicas
  3. Proporciona situaciones placenteras y de gozo
  4. Favorece el equilibrio personal y la autoestima
ÁMBITO COGNITIVO
  1. Desarrollo de la iniciativa, la creatividad y la espontaneidad, etc
  2. Conocimiento de sí mismo como persona
  3. Conocimiento de la realidad que lo circunda
  4. Ayuda a aprender a pensar y a "aprender a aprender"
  5. Desarrollo de la capacidad táctica y estratégica
ÁMBITO SOCIAL
  1. Favorece la socialización y a aprender a convivir con los demás
  2. Fomenta la autonomía
  3. Desarrolla las habilidades de comunicación y contracomunicación
  4. Favorece el comportamiento ético (juego limpio) dentro y fuera de la cancha de juego

Fuente consultada: http://www.efdeportes.com/efd108/el-tenis-de-mesa-como-deporte-educativo.htm

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